Karrantzako eta beste herri batzuetako zuhaitzak- Trees from Karrantza and from other places
Árboles petrificados en Hacinas
Hacinas (Burgos)
Los primeros restos de árboles fósiles de Hacinas aparecieron en los años cuarenta del siglo pasado, enterrados y rodeados de material fluvial. El primer árbol fósil se trasladó a la localidad en el año 1976 y quedó expuesto al público. Más tarde se trasladaron otros restos y, en la actualidad, se exponen en Hacinas tres árboles fósiles (y otros en manos de particulares, que adornan entradas y portales). Además de éstos, existen al menos otros siete enterrados.
Tienen una edad aproximada de 120 millones de años.
Los primeros restos de árboles fósiles de Hacinas aparecieron en los años cuarenta del siglo pasado, enterrados y rodeados de material fluvial. El primer árbol fósil se trasladó a la localidad en el año 1976 y quedó expuesto al público. Más tarde se trasladaron otros restos y, en la actualidad, se exponen en Hacinas tres árboles fósiles (y otros en manos de particulares, que adornan entradas y portales). Además de éstos, existen al menos otros siete enterrados.
Tienen una edad aproximada de 120 millones de años.
Castaño de Pablo. Gaztainondo Brown
Las Llamas (Karrantza)
Se han
encontrado vestigios de la presencia de la castaña (Castanea sativa)
como alimento desde el paleolítico, cuando constituía una parte
fundamental de la dieta del hombre. Desde entonces el castaño ha
acompañado la historia del hombre, produciéndose su mayor desarrollo e
implantación en España durante la presencia de los romanos. En esta
época, las castañas se consumían asadas, crudas, secas o en harina,
formando parte de la dieta durante todo el año.
A partir del siglo XVI, con la incorporación de las patatas y el maíz llegado de América y el desarrollo de enfermedades del castaño, la castaña quedó relegada, con el paso de los años, a un alimento para las clases sociales más bajas y sus animales domésticos.
Pero en estos últimos años, la consideración de la castaña ha sufrido una transformación adquiriendo una imagen más sofisticada. Su demanda ha sido la protagonista de un auge procedente de la revalorización de los productos artesanos así como su utilización en la alta cocina, compartiendo mesa con las más selectas exquisiteces y adentrándose en los principales mercados internacionales
A partir del siglo XVI, con la incorporación de las patatas y el maíz llegado de América y el desarrollo de enfermedades del castaño, la castaña quedó relegada, con el paso de los años, a un alimento para las clases sociales más bajas y sus animales domésticos.
Pero en estos últimos años, la consideración de la castaña ha sufrido una transformación adquiriendo una imagen más sofisticada. Su demanda ha sido la protagonista de un auge procedente de la revalorización de los productos artesanos así como su utilización en la alta cocina, compartiendo mesa con las más selectas exquisiteces y adentrándose en los principales mercados internacionales
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