Cinco ejemplares de avellano cuya principal singularidad radica en estar ubicados en una zona de rasos soleada y azotada por el viento. Es una de las circunstancias que contribuyeron a su declaración como Monumento Natural en 1991. De todos los ejemplares destacan dos. En ambos casos se trata de cepas de las que salen apretadamente muchos brotes. Uno de ellos, el más cercano al arce de Orion (también Monumento Natural), presenta un espino entrecruzado en la base. El segundo también tiene otro arbusto intersectado, en este caso un acebo. Ambos poseen una buena estructura y numerosos chupones.
Navarra.es
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